Comentario: Hay una sola manera de responder al don de Dios en Jesús: nuestra alabanza y adoración. El amor, gracia, favor, bendición, perdón, misericordia y salvación de Dios nos viene por medio del don increíble de Jesús. ¿Cómo no podríamos alabarlo? ¿Cómo pueden nuestros corazones y voces mantenerse en silencio ante tal increíble Dios? No pueden. Nuestra tarea entonces es la de alcanzar a todas las personas posibles antes del día en que toda rodilla se doble y toda lengua confiese que Jesús es Señor de la gloria del Padre.
Oración: Padre, eres glorioso. Tu gracia es maravillosa. Tu don en Jesús es magnífico. Toda alabanza es para ti, por compartir con nosotros tu gloria y gracia al mandar a Jesús, en cuyo nombre te ofrezco mi alabanza, Amén.